El bajo precio del ministerio y la incertidumbre de conexión retrasan la instalación de una nueva termosolar, que en 2025 debería ser el doble de la actual según el PNIEC.
La generación de energía con tecnología termosolar lleva una década estancada en España. No se ha instalado un solo megavatio (MW) nuevo desde 2013 y en la última subasta renovable celebrada el 25 de octubre, la primera en incluir esta tecnología, no se adjudicó el cupo para una planta termosolar de 220 MW.
El principal motivo es la distancia entre el precio que marca la industria y el que está dispuesto a pagar el Ministerio para la Transición Ecológica que dirige Teresa Ribera, pero también influyen otras condiciones, como la dificultad para encontrar puntos de acceso.
Así, los científicos consultados coinciden en que es difícil que alcancemos los objetivos marcados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), la hoja de ruta de descarbonización del Gobierno aprobada por la Comisión Europea a tiempo. “Habrá retrasos. La tecnología está suficientemente desarrollada y la industria es especialmente fuerte en España, por lo que dependerá principalmente de la voluntad política para aceptar las demandas del sector”, señalan Elisa Alonso Romero, doctora en Ingeniería Química e investigadora del Ciemat, y Alessandro Gallo, Investigador en Ingeniería Térmica de la Universidad Carlos III.
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Eduardo Zarza, coordinador de I+D de la Plataforma Solar de Almería, integrada en el Ciemat, se pronuncia en la misma línea: “No lo veo posible”, confiesa , sobre todo porque son proyectos muy intensivos en mano de obra. «Cuando se produjo el boom de las centrales termosolares en España, hubo escasez de mano de obra cualificada y se quitaron trabajadores unos a otros. Imagínate cuando hablamos de triplicar los megavatios que tenemos hoy», explica.
España dispone actualmente de 2.300 MW de energía termosolar repartidos en 50 plantas, mientras que el objetivo para 2025 es tener 4.803 MW, más del doble, y, para 2030, 7.303 MW, más del triple. Por ello, Zarza sostiene que es preferible ampliar los plazos que empezar a instalar a toda prisa. «Lo importante es que se haga de forma racional y no se haría de forma racional si el Gobierno, porque tiene un compromiso de instalar 5.000 MW para 2030, lo lanza en bloque. Es mucho mejor para todos implementarlo en fases que permitan el aprendizaje a través de diferentes proyectos comerciales”.
Precio bajo y sin garantía de conexión
La última subasta quedó desierta, pero no porque no llegasen proyectos industriales, sino porque el precio que ofrecían era muy superior al límite calculado por el Gobierno. El ministerio no ha hecho público este límite ni ha detallado cómo lo ha obtenido, aunque Zarza estima que podría rondar el coste de la tecnología termosolar.
“Por las condiciones de esta subasta no se pudo ir con el precio de la tecnología, porque el precio ofertado es el que recibirá el propietario durante 20 años sin ninguna modificación y sin tener en cuenta el IPC”, explica el científico , quien lo atribuye a que los precios de la industria eran “mucho más altos” que los del ministerio, anticipando el alza del costo de vida en dos décadas.
A esto se suma un segundo hándicap, que es la incertidumbre de conseguir puntos de conexión a la red eléctrica. Tal y como explica la Asociación Española para el Fomento de la Industria Termosolar (Protermosolar) en un comunicado, el riesgo de perder el aval bancario presentado en la subasta por retrasos en la obtención del punto de conexión ha desanimado a muchos promotores a presentarse. Según Zarza, esta pérdida suele rondar los tres millones de euros para proyectos de sólo 5 MW.
La escasez de puntos de acceso es un problema compartido por el resto de renovables, pero que supone un mayor perjuicio en los proyectos termosolares por su necesidad de ser más intensivos (alrededor de 100 MW) para ser rentables.
Necesario para sustituir ciclos combinados de gas
La generación eléctrica con termosolar representa sólo el 2% de la potencia instalada en España, cantidad que, según el último estudio de la Plataforma Solar de Almería, habría que aumentar al 10% o al 15% si se destina el 80% de la energía para ser descarbonizado. generación eléctrica.
Además, las centrales termosolares son una de las renovables clave (junto con la hidráulica de bombeo y el hidrógeno verde) llamadas a sustituir a los ciclos combinados de gas. Según Alonso y Gallo, tanto la fotovoltaica como la eólica “producen sólo cuando hay sol o viento”, ya que, de momento, el almacenamiento eléctrico de esta generación tiene muchos problemas de costes y disponibilidad de material.
Mientras que la solar térmica con almacenamiento en forma de calor es una “renovable gestionable” y complementaria a las anteriores porque también puede producir de noche, en días nublados y sin viento. Aunque es precisamente esta gestionabilidad de la energía lo que la encarece frente a la solar fotovoltaica y la eólica.
De momento, Protermosolar se ha puesto a disposición del ministerio para “trabajar juntos en el diseño de la próxima subasta” prevista para 2023. Pero Zarza advierte: “si el Gobierno lanza otra en las mismas condiciones, pasará lo mismo” .
Fuente: Economía Digital