Fondos de inversión de Deutsche Bank y BNP Paribas, entre otros, han presentado ya ofertas en firme por las centrales termosolares que tiene ACS a la venta y que suman 349 megavatios de potencia.
El grupo ACS se propone deshacerse de estos activos de energía termosolar para principios de junio, como el primer paso de su estrategia para abandonar sus proyectos de energías renovables y aligerar así su deuda.
ACS quier vender 1.056 megavatios (MW) de parques eólicos en España y otros 352 MW eólicos en el extranjero, ventas que van más retrasadas. El total de los activos tienen una valoración de hasta 4.600 millones de euros, con deuda incluida.
Ante la dificultad para encontrar un solo comprador, ACS y los bancos que lideran la venta -Mediobanca y Societe Generale- han dividido los activos renovables en seis paquetes por áreas geográficas y tipos de instalación.
Los potenciales compradores serán fondos de infraestructuras y energía, productores independientes y eléctricas, entre los que han mostrado interés la eléctrica italiana Enel, la estadounidense NextEra Energy, la española Gas Natural y el fondo de inversión de Morgan Stanley.
Los activos son especialmente suculentos para los fondos de inversión, que buscan principalmente proyectos ya en funcionamiento que se benefician de tarifas reguladas muy generosas y que funcionan en sus carteras como bonos de alta rentabilidad.
ACS puso a la venta el pasado noviembre sus activos de energías renovables con el objetivo de reducir una deuda que llegó a alcanzar los 8.000 millones de euros a finales de 2010.
Esta operación también perseguía en parte conseguir efectivo con el que continuar su escalada en el capital de dos objetivos prioritarios: la constructora alemana Hochtief y la eléctrica española Iberdrola.
ACS controla ya el 43 % de Hochtief tras lanzar una oferta hostil el pasado septiembre, y planea elevar su participación en los próximos meses justo por encima del 50 % con compras en el mercado. En el caso de Iberdrola, la constructora española ha admitido públicamente su intención de llegar al menos al 30 % del capital frente al 19 % actual. A precios de mercado, ACS necesitaría desembolsar unos 3.600 millones de euros para hacerse con un 10 % adicional de la eléctrica.
La venta de activos energéticos también podría allanarle el camino a ACS en su ya larga batalla para tomar posiciones en el Consejo de Iberdrola. Esto se debe a que, pese a que la constructora es el primer accionista, la dirección de Iberdrola le ha negado siempre la entrada en el Consejo con el argumento de que ACS es un competidor directo en el negocio de renovables.