Andalucía y Antofagasta son dos regiones que ofrecen grandes oportunidades para el aprovechamiento de las energías renovables no convencionales, especialmente la fotovoltaica y la termosolar.

El Instituto Tecnológico de Andalucía (IAT) y el Centro Tecnológico Avanzado de Energías Renovables (CTAER) inaugurarán mañana en Antofagasta, en el desierto de Atacama, su primera sede fuera de España, que tendrá como objetivo impulsar proyectos de cooperación entre España y Chile.

Andalucía y Antofagasta son dos regiones que ofrecen grandes oportunidades para el aprovechamiento de las energías renovables no convencionales, especialmente la fotovoltaica y la termosolar.

Las excepcionales condiciones naturales del desierto de Atacama, el más seco del mundo, convierten a esta zona del norte de Chile en "el paraíso de las energías renovables", a decir de Valeriano Ruiz, director general del CTAER.

Y es que si la provincia andaluza de Almería, centro neurálgico del CTAER, es el lugar de Europa con más horas de luz al cabo del año, el desierto de Atacama, el más árido del mundo, no le va a la zaga, ya que en su parte central hace 400 años que no llueve.

"Hace tiempo que venimos trabajando con Chile en proyectos de tecnología y el año pasado nos planteamos, junto con el CTAER, tener una sede permanente en Chile", explicó el presidente del IAT, José Luis Calvo.

"Ambas instituciones tenemos que pensar en el futuro y eso implica forjar alianzas con países que tengan el suficiente nivel de desarrollo como para que lo que hagamos sea verdaderamente eficaz", manifestó por su parte el director general del CTAER.

Aunque la nueva sede de estas dos entidades españolas esté radicada en Antofagasta, el propósito es trabajar a lo largo de todo Chile en programas con universidades, empresas del sector minero y organismos públicos encargados de la investigación tecnológica y la innovación.

Calvo, catedrático de Ingeniería Industrial de la Universidad de Sevilla, explicó que el papel estratégico del IAT y el CTAER es "disminuir el riesgo que este tipo de proyectos representa para las inversiones privadas".

La radiación solar y las necesidades de la minería en una zona que concentra las principales reservas de cobre del mundo ofrecen condiciones bastante similares a las de Andalucía, donde el IAT lleva más de 25 años operando.

Pero el Instituto Andaluz de Tecnología no circunscribe su ámbito de operaciones sólo a esta región, sino que también gestiona proyectos en el resto de España y a nivel europeo.

"Andalucía es líder mundial en energía solar de concentración", destacó el director del IAT, quien durante nueve años trabajó en Abengoa, la empresa española que ha comenzado a construir en el desierto de Atacama la primera planta termosolar de Latinoamérica que producirá energía las 24 horas del día.

En 1980, la Agencia Internacional de Energía montó un centro de experimentación en el desierto de Tabernas (Almería) que acabó convirtiéndose en la cuna mundial de la energía termosolar, junto con las instalaciones de Sandia National Laboratories, en Alburquerque, Nuevo México (Estados Unidos).

El director general del CTAER atribuye a esta circunstancia y a la voluntad política de los sucesivos gobiernos españoles el hecho de que sean las empresas de este país "las que hoy día estén construyendo las centrales termosolares en todo el mundo, incluido Chile".

"Pero ahora nos toca continuar con esta labor, porque si nos quedamos parados nos van a adelantar los chinos, los americanos y todo el mundo. Para mantener el liderazgo es mucho más rentable ser generoso", consideró Valeriano Ruiz.

"Y para nosotros, los aliados ideales son Chile y Sudáfrica", explicó este doctor en Física por la Universidad de Sevilla, apasionado defensor de la lucha contra el cambio climático y las ventajas de las energías renovables.

Así pues, Chile albergará a partir de este jueves la primera sede internacional del IAT y el CTAER, pero no la última, porque estos dos organismos de desarrollo tecnológico piensan abrir pronto otra oficina en Sudáfrica,

"Se dan unas condiciones similares a las de Chile, porque allí también requieren proyectos energéticos; tienen una base industrial, empresarial y social suficientemente evolucionada, y hay una estrategia de colaboración", concluyó José Luis Calvo.