Si hay una conclusión a la que todos los presentes en CSP Today Sevilla llegan es a la necesidad de buscar nuevos mercados para adecuarse al nuevo contexto mundial.
Sin embargo, la cuestión en este caso es conocer qué países tienen ese potencial de crecimiento para apostar fuertemente por ellos.
Con España cada vez más relegada a un segundo plano por la moratoria decretada por el gobierno de Rajoy, la industria termosolar comienza a moverse en nuevos espacios. Algunos países se presentan como meras incógnitas de cara al futuro, mientras otros ya cuentan con experiencias en termosolar en sus territorios.
El Director de Desarrollo de Negocios Internacionales de Abengoa, Michael Geyer, reconocía que el primer paso es iniciarse en proyectos pequeños de I+D para crear relaciones y entender cuáles son las necesidades tecnológicas de los nuevos lugares.
Abengoa, que cuenta con más de 2.000 MW de termosolar instalados, tiene centrales en funcionamiento o construcción en España, Abu Dabhi y EE UU y proyectos solares en el norte de África (Egipto, Algeria y Marruecos).
Sin embargo, Geyer ha destacado que no siempre los apoyos gubernamentales son sinónimo de éxito: “Concretamente en países del mediteráneo, como Chipre o Grecia, han existido incentivos de las administraciones públicas, pero no se han podido desarrollar proyectos por problemas de disponibilidad de terrenos: no hay grandes extensiones de más de 200 hectáreas con una adecuada conexión a la red; a lo que habría que sumar la ausencia de seguridad en el terreno, con difusas referencias catastrales en muchos de los espacios. En estos casos son las empresas locales las que terminan por suscribir los contratos, lo que evidencia que los procesos de licitación no han sido totalmente transparentes”.
“En Sudáfrica, por ejemplo, el caso ha sido diferente. Y es que el gobierno aprobó a principios de noviembre dos contratos para instalar centrales termosolares, pero se solicitaron permisos para evitar avalanchas de especuladores”, añadió el Director de Desarrollo de Negocios Internacionales de Abengoa.
Por su parte, el Director Industrial de ACS Cobra, José Alfonso Nebrera, reconocía que las nuevas posibilidades pasan por el sur de Europa, el norte de África y la exportación de energía hacia el norte del continente europeo.
“En este contexto, donde Alemania y otros países del norte de Europa quieren tener economía baja en carbono, van a tener que complementar esas fuentes intermitentes nacionales con las fuentes más limpias del sur de Europa y ahí es donde tenemos que estar”, reconocía Nebrera, quien añadía que Alemania ha proyectado previsiones de futuro para el horizonte 20250-2050, en las que la participación de las energías renovables será del 80%, con un consumo de 50 TWh.
“El futuro de la termosolar ya no pasa por España ni por Estados Unidos”. Así de tajante se ha mostrado el Director Ejecutivo de SCHOTT Solar, Nikolaus Benz, quien ha afirmado que el futuro está en los mercados emergentes de la zona de MENA, con países como Marruecos, Argelia, Arabia Saudí o Qatar, a los que habría que sumar India, China, Sudáfrica, Chile y Australia.
“No niego que haya esperanzas puestas en Estados Unidos y España, aunque la situación es sumamente difícil. El mercado español ha sido muy importante. El inicio estuvo aquí, pero el gobierno parece no estar dispuesto a seguir con este esfuerzo, lo que se traduce en una lacra para el sector”, ha reconocido Benz. “En el caso de Estados Unidos también es complicado porque no hay fuerza matriz para la termosolar ni planes de incentivos para apoyarlos”, añadía el Director Ejecutivo de SCHOTT Solar.
Su apuesta por la región de MENA se fundamenta en las ganas de instalar tecnología CSP en esta zona, donde hay países que no tienen ni gas ni petróleo y quieren luchar por exportar energía obteniendo dinero a cambio. En el caso de los países que sí cuentan con gas y petróleo son conscientes de que a la postre el petróleo es más caro y ven altas posibilidades en utilizar la termosolar.
Desde el Grupo Ibereólica Solar, su Presidente, Gregorio Álvarez, trasladó la experiencia de su compañía en Chile, donde desembarcaron en 2009. ¿Por qué Chile? El motivo de recalar en el país sudamericano se fundamenta en la alta existencia del recurso solar y de las sales necesarias para el almacenamiento térmico.
Chile no cuenta con subvenciones para este tipo de proyectos y además carece de un marco legislativo. Asimismo se han encontrado con barreras técnicas y físicas, como la debilidad de las redes, la falta de disponibilidad de terrenos y la escasez de agua en las zonas desérticas; barreras medioambientales, con un alto desconocimiento de la termosolar; barreras políticas, con grupos de presión contrarios procedentes del sector de los fósiles; y falta de especialización de las empresas locales, junto con la escasez de mano de obra debido a la hegemonía del sector de la minería. Sin embargo, el éxito es un hecho y se ha basado en un fuerte proceso de promoción, con la apertura de una sucursal informativa; y el acuerdo con socios locales con experiencia.
“En Chile hay un crecimiento de la demanda energética como consecuencia del desarrollo industrial del país. La tecnología termosolar es la más adecuada para satisfacer dicha demanda: es una energía estable a largo plazo y permitirá recortar la deficiencia energética de las fuentes fósiles de origen exterior”, concluyó Álvarez.