La descarbonización del consumo energético de las actividades que realizamos particulares, industrias y administraciones es el principal reto que tiene la humanidad para poder seguir manteniendo el planeta en condiciones de habitabilidad.
Como la electricidad es el vector energético de mas sencilla descarbonización, incluso con reducción de costes gracias a las energías renovables, la electrificación de los consumos finales es una tendencia clara por la que transitaremos en los próximos años. La electrificación de los consumos de climatización en el sector residencial, de servicios y del transporte implicará un incremento del consumo de electricidad a pesar de las medidas de ahorro y eficiencia que seamos capaces de implementar.
Por ello, teniendo en cuenta que toda la nueva capacidad que se instale en nuestro país, como respuesta tanto al incremento de la demanda como al cierre progresivo de las centrales convencionales (carbón a corto plazo y nucleares a medio), será renovable, hace falta encontrar la pieza que permita generar cuando la fotovoltaica deje de hacerlo cada tarde y hasta la salida del sol del día siguiente. De otra forma, las tecnologías renovables no gestionables, que ya ofrecen precios más baratos que las convencionales, seguirían necesitando indefinidamente el respaldo del gas.
Y esa pieza ya existe. Son las centrales termosolares, que pueden despachar la energía recogida durante el día a partir de que el sol empieza a caer por la tarde, compensando la caída de la producción fotovoltaica y generando de forma síncrona y con un programa firme y sin desvíos hasta vaciar su tanque caliente de almacenamiento, con pérdidas de energía despreciables durante las horas de espera.
La hidráulica y la biomasa podrían jugar el papel de respaldo de los ciclos combinados durante los días nublados, con el resultado de una generación con muy poca dependencia del consumo de gas en términos de energía anual.
Este ha sido el mensaje transmitido por Protermosolar en la reciente Conferencia SolarPACES, celebrada la semana pasada en Casablanca, con la reflexión de que no hay que reclamar que se pague por la termosolar más que por las otras tecnologías renovables simplemente por ser gestionable, sino identificando en que servicio al sistema eléctrico son precisamente las centrales termosolares las que pueden ofrecer los precios más competitivos al sistema, además de evitar muchas toneladas de emisiones.
España es sin duda el país europeo en el que, tanto por condiciones de radiación y territorio como por el posicionamiento de nuestras empresas y la experiencia en potencia termosolar instalada, estas centrales pueden contribuir más eficazmente a alcanzar altas cuotas de renovables en 2030 –por encima del 85%, según el informe de transición del sector eléctrico de Protermosolar– reduciendo drásticamente las necesidades de respaldo de gas que, de otra forma, serían necesarias todos los días a partir de la puesta de sol.
Luis Crespo, presidente de Protermosolar