El sector de la energía solar termoeléctrica está siendo uno de los pocos con capacidad de creación de empleo en Castilla-La Mancha desde el estallido de la crisis.
El sector de la energía solar termoeléctrica está siendo uno de los pocos con capacidad de creación de empleo en Castilla-La Mancha desde el estallido de la crisis, que ha dejado en la comunidad autónoma un saldo superior a los 215.000 parados, según el número de personas demandantes de empleo registradas en los servicios oficiales al finalizar el mes de abril.
En este contexto de grave crisis socioeconómica, las dos centrales termosolares ya plenamente operativas, Ibersol (Puertollano) y Manchasol (Alcázar de San Juan), han contribuido a paliar la lacra del desempleo en los municipios donde se ubican y también, por su efecto multiplicador, en numerosas zonas de España donde se fabrican los componentes utilizados en estas centrales, un 80% de los mismos de tecnología nacional. Gracias a los desarrollos propios en este sector energético de vanguardia, España ocupa una indiscutida posición de liderazgo mundial termosolar.
Una central termosolar de 50 MW, que son las habituales en nuestro país y también en Castilla-La Mancha, emplea durante los dos años que dura su construcción a unos 500 trabajadores/año como promedio en una estimación conservadora, ya que en la práctica lo normal es que no se interrumpa el ritmo de actividad con el fin de ejecutar el proyecto en el plazo estipulado y sin demoras.
El influjo de la central se extiende a todas las labores de ingeniería precisas para la fabricación de los elementos (estructuras, espejos, cableado, tubos) que la componen, lo que supone una carga de trabajo para otras 700 personas/año durante el bienio que dura su ejecución.
Una vez finalizada la construcción de la central termosolar se precisa de una media de 80 personas de forma permanente para las labores de operación y mantenimiento, por lo que se trata de empleos directos asociados a la central.
Así pues, las dos centrales termosolares ya operativas en Castilla-La Mancha, con un total de 100 MW de potencia, han generado el equivalente a unos 4.800 empleos en la industria y en la construcción durante dos años y, posteriormente, unos 160 puestos de trabajo directos.
Castilla-La Mancha está llamada a ser la tercera comunidad termosolar de España, ya que el Ministerio de Industria ha autorizado hasta el año 2013 la construcción de un total de 15 centrales termosolares en su territorio (14 en la provincia de Ciudad Real y una en la de Cuenca), con 421 MW de potencia.