La liquidación de noviembre de 2010 de las primas para las instalaciones de producción de energía eléctrica en régimen especial (energías renovables y cogeneración) ascendió a 618 millones de euros.

El Consejo de Administración de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) aprobó la liquidación de las primas equivalentes, primas, incentivos y complementos a las instalaciones de producción de energía eléctrica en régimen especial correspondientes al mes de noviembre de 2010. Según informó la CNE, se han liquidado 56.250 instalaciones, el 98,82% de las activas.

De la citada cantidad de 618,066 millones de euros, 576,481 millones corresponden a la energía generada en el mes de octubre y 41,586 millones a la reliquidación complementaria de meses anteriores.

Según los datos de la CNE, la energía generada en el régimen especial produjo un 35% del total de electricidad en ese mes, y cubrió el 22,9% de la demanda de electricidad.

La eólica produjo el 17,6% (3,811 TWh), la cogeneración supuso el 9,1% de la producción (1,979 TWh), la solar fotovoltaica generó el 2,4% (0,522 TWh), el tratamiento de residuos el 1,7% (0,372 TWh), la hidráulica el 1,4% (0,3 TWh), la biomasa el 1,2% (0,256 TWh), los residuos el 1,2% (0,264 TWh) y la energía solar termoeléctrica o termosolar el 0,3% (0,071 TWh).

La eólica cubrió el 17,6% de la demanda, la solar fotovoltaica el 2,4% y la hidráulica el 1,3%. La gran hidráulica dio cobertura al 7,4% del consumo.

Los beneficios de las energías renovables, como la eólica, la fotovoltaica o termosolar, se traducen en menor dependencia, menos emisiones de CO2, menos redisuos radiactivos que no se generan y creación de empleo.

El Ministerio de Industria calcula que las primas del régimen especial, que incluyen los incentivos a las energías renovables y a la cogeneración, se situarán en 2011 en 6.759 millones de euros.

Ciertos sectores de la derecha más dura e ignorante utilizan las primas de las energías renovables para una campaña constante e insidiosa contra las energías renovables, ignorando sus beneficios, ya que no contaminan, no emiten CO2, son autóctonas, reducen el déficit comercial y generan empleo.

Las primas se quedan en España, y son inferiores a la cantidad que se ahorra con la reducción de las importaciones de gas natural de Argelia y otros países, lo que duele a los propietarios de las centrales de ciclo combinado.

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