Papel de las Centrales Solares Termoeléctricas en la Transición Energética
- Satisfacer la demanda eléctrica implica tener a disposición del sistema un conjunto de unidades de generación cuya potencia equilibre instantáneamente esa demanda.
- Nadie duda de que no se construirán en nuestro país nuevas centrales nucleares, ni de carbón, ni incluso de gas. Asimismo, las nuevas renovables resultan más baratas que seguir operando las viejas convencionales, por lo que tenemos que contemplar el horizonte 2030 con un acelerado proceso de sustitución.
- En un país soleado como España, la respuesta a qué tecnología renovable generará la electricidad desde la puesta de sol a su salida al día siguiente, es muy clara: las centrales termosolares con almacenamiento y con ese nuevo perfil de funcionamiento complementario a la fotovoltaica. El resto de tecnologías renovables junto con la gestión de la demanda y el uso de las interconexiones asegurarían la práctica totalidad del respaldo en días nublados.
- Pero no son solo los objetivos de descarbonización el motivo para otorgar a las centrales termosolares un significativo papel a lo largo de la próxima década, también su competitividad económica frente a las tecnologías de respaldo fósil. Su coste de producción de electricidad actual, con las referencias de los últimos concursos internacionales adjudicados, la sitúan muy cerca de los costes de los ciclos combinados. Y las centrales termosolares continuarán su curva de reducción de costes mientras que los precios del gas y de las emisiones se incrementarán.
- Las centrales termosolares también podrían prestar un servicio de almacenamiento a la red ante los vertidos, que se derivarán del elevado incremento de potencia previsto de energías no gestionables, con inversiones mucho menores que las de baterías o bombeos.
- Como el informe de Protermosolar (www.protermosolar.com) ha demostrado, proyectando hora a hora producciones renovables pasadas a futuro, efectivamente se puede garantizar el suministro eléctrico en 2030 sin nucleares ni carbón y con menos ciclos combinados.
- España es el país europeo con mejores condiciones para el despliegue de las centrales termosolares pudiendo plantearse objetivos de descarbonización de forma más ambiciosa y menos costosa que los países centroeuropeos. El impacto sería muy positivo en nuestra economía, así como en el posicionamiento de nuestras empresas ante el emergente mercado mundial en este sector.