Si es asiduo lector de la prensa económica seguramente pensará que las primas a la termosolar son el auténtico problema del déficit tarifario.

Se lo han dicho tantas veces y ya se sabe aquello de que una mentira repetida mil veces … Es cierto que todo desarrollo de tecnologías energéticas para su posterior aplicación a gran escala ha requerido un esfuerzo por parte de los gobiernos y de la sociedad. Algunas energías no han parado de recibir subvenciones desde su origen. ¿Sabía, por ejemplo, que según Bloomberg New Energy Finance (BNEF), los apoyos a las energías renovables fueron de 45.000 millones de dólares a nivel mundial en 2010, mientras que los dedicados a los combustibles fósiles ascendieron a 560.000 millones de dólares?
 
¿Sabría estimar los fondos públicos que se han destinado al desarrollo de la energía nuclear de fisión? ¿Y lo que se está gastando en la energía nuclear de fusión, a la que siempre le quedan 50 años para poder realizar su primera aplicación comercial?
 
A diferencia de ellas, la termosolar, que es de entre todas las tecnologías de generación renovable gestionables la de mayor potencial -con un emergente mercado billonario en todo el cinturón solar del planeta-, ha recibido en España hasta 2011 apenas el 2% de las primas acumuladas por todas las tecnologías del Régimen Especial. Por ello difícilmente puede atribuírsele responsabilidad en el enorme déficit acumulado hasta la fecha.
 
La termosolar, a diferencia de otras tecnologías del Régimen Especial, recibió las primeras primas en 2008 y sólo a partir de 2012 superaba los 100 M€ anuales. Los motivos de este agravio comparativo tienen causas históricas que sería prolijo explicar.
Con este dato objetivo del 2% espero que ese primer prejuicio tantas veces repetido de que la termosolar es la causante del déficit les haya quedado disipado.
 
Pero la prensa insiste haciéndose eco de estimaciones de UNESA o de alguna gran eléctrica -que, por cierto, en 2009 querían convertirse en los líderes nacionales en termosolar pero fracasaron al no resultar aprobados ninguno de sus proyectos en promoción- que las primas a la termosolar van a ser de 2.400 M€/año, cuando estén construidas las centrales del Registro de Preasignación y van a superar a todas las otras tecnologías en el ranking de primas anuales.
 
Pues bien, con datos absolutamente rigurosos y teniendo en cuenta, una a una, cada central, con sus producciones contrastadas con los datos de la CNE, esa cantidad resultará de 1600 M€. La cantidad, aún siendo elevada, situará a la termosolar en cuarto lugar en el ranking de primas anuales, por detrás incluso de la cogeneración.
 
Espero que esto disipe el segundo prejuicio de que seremos el problema en el futuro. También espero que coincidan conmigo en que resultan comparativamente justificadas las primas para una tecnología como la termosolar de tan elevado potencial e imprescindible por su gestionabilidad y capacidad de almacenamiento para avanzar hacia un mix de generación libre de CO2 -las otras tecnologías renovables fluyentes siempre necesitarán respaldo fósil- y en la que además hemos llegado a ser líderes mundiales.
 
A la vista de ese papel de liderazgo adquirido por nuestras empresas en esta tecnología y de la importante proyección internacional que podrían tener nuestras empresas ¿no parece, por tanto, justificado este nivel de apoyo, inferior incluso al resto?
 
Respecto a las perspectivas de reducción de costes futuros, partiendo de que el kW termosolar instalado está hoy en día en cerca de 3 veces el de la eólica o la fotovoltaica, hay que tener en cuenta que la eólica tiene instalados 250 GW y la fotovoltaica 80 GW a nivel mundial mientras que la termosolar tiene tan sólo 2 GW. ¿Se imaginan cuánto recorrido de reducción de costes tiene la termosolar cuando su potencia instalada se haya multiplicado por 100? Eso sí, si no se aborta su desarrollo como pretenden quienes quieren perpetuar la dependencia energética de este país para consolidar su negocio actual.
 
Por cierto, ¿sabían que de cada euro que cuesta generar un kWh con ciclos combinados, aproximadamente el 80% se va fuera de España, mientras que con las energías renovables, y con la termosolar en particular, el 80% se queda en el país. ¿A quién le interesa seguir defendiendo ese modelo?
 
Las primas a las energías renovables fueron calculadas en su día a partir de un estudio de costes y asignándolas una rentabilidad razonable. El marco regulatorio a partir del 2007 ha sido una continua sucesión de parcheados que en el caso de la termosolar, por el profundo desconocimiento de sector del antiguo gobierno, en lugar de implantar un sistema de preasignación como el de la fotovoltaica en 2008, se trató de cortar de raíz su desarrollo en 2009, provocando el efecto llamada opuesto. Por ello tuvo que fasearse hasta 2013 la entrada en operación de las centrales, que ya en 2009 tenían que tener todos los permisos y adquiridos los equipos.
 
Otro tema que tampoco es suficientemente conocido es que las energías renovables han contribuido desde 2010 a una reducción de los costes del sistema eléctrico en unos 3.500 M€, mientras que las centrales convencionales lo han incrementado en aproximadamente la misma cantidad. Respecto a la termosolar, el acuerdo alcanzado con el anterior Gobierno en relación con el R.D. 1614/2010 implicó un recorte de retribución de unos 1.200 M€ hasta 2013, como suma de varias medidas.
 
Esta reducción de costes es complementaria a la conocida reducción que las energías renovables provocan en el precio del pool y que según estudios de una consultora de prestigio tendría como resultado que el coste total de la electricidad, después de haber contabilizado las primas, fuese de 10.000 M€ menor hasta finales de 2010.
 
Cuando se analizan los impactos macroeconómicos de la termosolar resulta muy claro que la comparación entre las primas recibidas y el retorno al país en términos de PIB, de balanza fiscal, de empleos, de ahorro de importaciones, …resulte muy positivo para esta tecnología.
 
En general, las energías renovables no son ningún problema para la economía española, ya que devuelven con creces los apoyos recibidos. Todas las inversiones son privadas y con gran componente de atracción de inversores extranjeros que tanto pueden contribuir a la superación de la crisis económica.
 
He intentado disipar los prejuicios más repetidos sobre la termosolar y las renovables para que se tenga una idea más completa sobre la oportunidad de los apoyos a las energías renovables en general y, en particular, a la termosolar, de la que, como españoles, creo que todos deberíamos estar orgullosos.
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Cuántas veces nos hemos arrepentido en España de haber dejado “pasar el tren” o de las consecuencias que trae el “que inventen ellos”! ¿Les viene a la imaginación, a bote pronto, algún otro sector industrial en el que España pueda presumir de liderazgo mundial? ¿Creen que podemos permitirnos no aprovecharlo?
 
Luis Crespo, Secretario General de Protermosolar y Presidente de ESTELA.